La tempestad grita con furia.
El viento salvaje zamarrea al velero con sus olas gigantes.
Los relámpagos se encienden en el cielo obscuro develando la pequeñez del barco.
Los truenos retumban como campanas haciendo temblar a la tripulación.
La lluvia cae sin piedad y la embarcación se encuentra a punto de zozobrar.
Los marineros ven venir el fin con el alma helada.
El miedo se apodera de todos ante la tempestad que parece no tener fin.
Daniel Cerchiara
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