Aparece en el silencio un eco del
pasado, un silbido que no le deja de doler.
La sombra de su ausencia la envuelva
despiadadamente formando una penumbra en su alma.
Su vacío se convirtió en un
laberinto sin salida.
Sólo le queda la melancolía que, en
su abrazo, tampoco le devuelve la calma.
El duelo la recorre como un arroyo
que no encuentra la orilla.
La nostalgia es un viento que sopla
sin piedad.
Daniel Cerchiara
No hay comentarios.:
Publicar un comentario