Tormentas en el alma. Huracanes en
la mente. Olas de angustia y mareas de dolor infinito.
El viento grita y la lluvia hiere
como si cada gota fuera una pequeña espada.
Perdidos en un mar de penas, la
obscuridad nos envuelve y nuestros corazones se cubren de niebla.
Truenos y relámpagos iluminan el
abismo y no hay refugio para nuestros sentimientos.
Daniel Cerchiara
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